martes, 1 de agosto de 2023

Tarta de queso y leche condensada

 Tarta de queso y leche condensada siempre hay hueco para el postre receta



Este pasado domingo fue el día internacional de la tarta, mira que otros años sí que suelo estar al tanto de esta fecha y lo celebro como bien se merece, pero esta vez se me pasó totalmente, pero casualidades de la vida, o que el subconsciente está ahí para que no se me pasara, tocaba comida familiar y como se está convirtiendo en algo habitual que lleve una nueva versión de tarta de queso en esos días, pues eso toco de postre, así de paso me hacen de jurado y dan su opinión, por cierto triunfo total, así de claro, les encanto a todos, alguno hasta repitió, yo entre ellos 😋.

Lo mejor de estar tarta es que lleva solo tres ingredientes, la leche condensada cumple la función de edulcorante y además sustituye al yogur, la leche o la nata, que alguna de esas tres cosas se suele utilizar entre los ingredientes. 

Aparte solo vamos a necesitar un molde circular desmontable, he usado el habitual de 23 cm de diámetro, papel para horno y la batidora, la preparación de la masa nos va a llevar literalmente 5 minutos para y luego solo hay que hornearla 40 minutos. 

Vamos a ello. 

Ingredientes:

  • 700 g de queso crema.
  • 6 huevos.
  • 370 g de leche condensada. 
Elaboración:

Os lo recuerdo siempre, los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, así que los sacaremos los ingredientes de la nevera como unos 20 minutos antes de empezar con la receta. 

Encendemos el horno a 190 grados con calor arriba y abajo y pasamos a hacer la masa, en un cuenco grande echamos el queso crema, luego los huevos y por último la leche condensada, echamos mano de la batidora y mezclamos a mínima velocidad, vamos a batir solo lo justo hasta que veamos que se han integrado por completo los tres ingredientes. 
 
 


 

Siguiente paso preparar el molde, cogemos una hoja de papel para horno, hacemos una bola y la mojamos bajo el grifo, la apretamos bien con las manos para escurrir el agua y nos quedará como una tela, la ponemos en el molde ajustándola en las paredes, me gusta mucho el aspecto rústico que le acaba dando esta técnica a las tartas de queso.

Vertemos la masa y lo llevamos al horno, lo colocamos a una altura media-baja, en mi caso la segunda empezando por abajo y lo vamos a hornear durante exactamente 40 minutos.
 


En cuanto pasen los 40 minutos la sacamos del horno, notaremos que está muy temblorosa, es como debe estar, enseguida empezará a bajar poco a poco. 

Dejamos que enfríe del todo y la metemos en la nevera, mínimo cuatro horas, mejor si la dejáis toda la noche, la hacéis el día de antes, así sin prisas y que repose bien. 

Cuando sea la hora del postre la sacamos de la nevera, yo prefiero sacarla unos 15 minutos antes para que se atempere ligeramente y retiramos el aro exterior, con cuidado abrimos el papel como si fuese una magdalena y con un cuchillo empezamos a cortar trozos y repartir, se viene la mejor parte, comer y disfrutar. 
 

 
Cremosa, con el toque justo de dulzor, nada empalagosa y que sin duda es perfecta para cualquier día de la semana, sin duda volveré a hacerla cuando nos reunamos la familia o los amigos.

Pequeños placeres, grandes momentos. 

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