Hay que ver como me he aficionado a utilizar el soplete de cocina para darle el toque final a los postres, tengo que decir que es un utensilio de cocina al que, sí os aficionais a la repostería, se le acaba sacando bastante partido.
Ingredientes:
- 8 tartaletas.
- 400 ml de leche.
- Una rama de canela.
- Piel de medio limón.
- 2 yemas de huevo.
- 75 g de azúcar moreno.
- 20 g de harina fina de maiz.
Elaboración:
Cogemos un cazo y echamos la leche junto con la rama de canela y la piel de limón, importante que no lleve parte blanca.
Lo ponemos a calentar a fuego alto y removemos de vez en cuando mientras se calienta, cuando empiece a hervir retiramos del fuego y colamos la leche.
En un cuenco echamos las dos yemas de huevo, las batimos y a continuación añadimos el azúcar moreno y la harina fina de maiz, mezclamos con una cuchara hasta integrar bien los 3 ingredientes.
Ponemos la leche aromatizada en un cazo y le añadimos la mezcla anterior, lo calentamos a fuego medio-bajo mientras lo removemos lentamente pero sin parar con unas varillas hasta que espese, unos 20 minutos.
Puede tardar algo más pero no tengáis prisa en este punto, es importante que se haga a fuego lento para que se cocine bien.
Removemos hasta que espese, en ese momento retiramos del fuego y removemos durante 2 minutos más, después lo cubrimos con papel film de modo que el plástico toque la crema para que no se forme costra mientras se enfría.
Una vez que ha templado lo repartimos con ayuda de una cuchara entre las 8 tartaletas y las metemos en la nevera, las tartaletas las podréis encontrar fácilmente en cualquier supermercado.
Cuando vayamos a servirlos espolvoreamos azúcar por encima de la crema y lo caramelizamos con el soplete, el toque final como con la crema catalana tradicional.
Espero que disfrutéis de estos deliciosos bocaditos.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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