Galletas con pepitas de chocolate

 

 

Ayer me levante con ganas de hacer galletas, además de estas que llevan pepitas de chocolate, esta no era una idea nueva, pues hacía tiempo que lo tenía en tareas pendientes y siempre que iba al supermercado veía este tipo de galletas y me venía a la mente el mismo pensamiento "un día las tengo que hacer...".

Pues dicho y hecho, tras hacer unas cuantas cositas por casa, durante el tiempo perfecto para que los ingredientes que estaban en la nevera se pusieran a temperatura ambiente (importante), me metí en la cocina y en cosa de una hora ya las tenía listas, es una receta muy sencilla, como vais a ver enseguida hacerlas no tiene ninguna dificultad y dejan un olor increíble por toda la casa.

Los ingredientes son bastante básicos, muchos de ellos seguramente los tendréis en la despensa, además de ellos nos va a hacer falta una espátula para ir mezclando los ingredientes, papel vegetal para horno y una hora de tiempo.

Vamos a ello.

Ingredientes:

• 150 g de azúcar moreno. 
• 125 g de mantequilla. 
• Un huevo. 
• Una cucharada de aroma de vainilla. 
• 225 g de harina de trigo. 
• Una cucharadita de levadura en polvo. 
• Una pizca de sal. 
• 120 g de pepitas de chocolate. 

Elaboración:

En un cuenco grande ponemos el azúcar moreno y la mantequilla, como he comentado antes que los ingredientes estén a temperatura ambiente, aun así podemos calentar la mantequilla unos 15 segundos en el microondas a mínima potencia para que este blandita; la mezclamos con una espátula, es cuestión de ir aplastando la mantequilla e ir removiendo hasta que veamos que la mantequilla se ha integrado con el azúcar completamente. 

 

Ahora cogemos el huevo y lo batimos un poco y lo echamos en el cuenco, añadimos también el aroma de vainilla, que es opcional pero le da su toque, cogemos de nuevo la espátula y removemos.

Mezclamos la harina con la levadura en polvo y la sal, que ayuda a potenciar el sabor dulce, la tamizamos con un colador (si es de los grandes, mejor que tardaremos mucho menos) sobre la mezcla que ya llevamos hecha, de nuevo vamos a mezclar como en los pasos anteriores, aplastando con la espátula y realizando movimientos envolventes hasta integrarlo todo, como la harina va a ir absorbiendo la humedad de la masa costara un poco, pero es cuestión de darle hasta integrarla por completo en la masa.

 

 

 

Por último añadimos las pepitas de chocolate y las vamos a mezclar y distribuir por toda la masa, lo mejor será usar dos espátulas o dos cucharas, que la masa tiene consistencia y con solo una costara mucho removerla y repartir las pepitas.

 

 

 

 

Ahora vamos a preparar nuestras galletas, tenemos que hacer bolas con la masa de unos 4 cm de diámetro cada una, para utilizar la misma cantidad en cada una de ellas me he valido de una cuchara para hacer bolas de helado, va genial para ello, pero si no con una cuchara normal se puede hacer, se coge masa, se bolea con las manos y las vamos poniendo en una bandeja donde habremos puesto una hoja de papel vegetal, tras acabar con toda la masa las llevamos 10 minutos al congelador, hacemos esto para que al enfriarlas luego cuando se estén horneando nos quedaran unas galletas gorditas.

 

Encendemos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo, para que vaya cogiendo temperatura, cuando las bolas lleven los 10 minutos en el congelador las sacamos, ponemos una hoja de papel vegetal en la bandeja del horno y colocamos en ella las bolas de galleta dejando separación entre ellas, como veis he puesto 12, el resto de bolas las llevamos a la nevera para que no pierdan frío. 

Las horneamos durante 20 minutos a media altura, las sacamos y con cuidado las ponemos sobre una rejilla para que enfríen, sacamos el resto de la nevera y repetimos el proceso.

 

 

Una vez frías del todo ya se pueden comer y para conservarlas lo mejor es en un tarro bien cerrado, aunque es posible que no haga falta porque seguramente se acaben enseguida.

Son perfectas para acompañar el café de las mañanas, ese que te tomas para ver si consigues despertar del todo y arrancar bien el día.

Pequeños placeres, grandes momentos.