sábado, 3 de diciembre de 2022

Bizcocho de mandarina

 

 

A mí me encantan las mandarinas, eso si, soy de los que a cada gajo le hace casi una radiografía, porque no me gusta nada encontrarme una pepita mientras las estoy comiendo, es algo que seguro que muchos de vosotros entendéis.

Ahora que estamos en plena temporada de mandarinas, es casi de lo primero que ves en cualquier fruteria, es buen momento para darles uso en la repostería y me ha apetecido probar a hacer un bizcocho con esta fruta y disfrutar también del calorcito que desprende el horno y el olor tan agradable a bizcocho casero que se queda por toda la casa, me encanta

Como suelo recomendar para hacer la masa de los bizcochos lo mejor es un batidor-amasador, pero se puede hacer perfectamente con una batidora con varillas, además nos hará falta un molde rectangular tipo plumcake de 24x11x8cm y los ingredientes que veréis a continuación,ces importante que estén a temperatura ambiente, así que aquellos que tengáis en la nevera sacarlos unos 20 minutos antes de empezar con el bizcocho.

Vamos a ello.


Ingredientes:

  • 3 huevos.
  • 185 g de azúcar moreno.
  • 2 mandarinas.
  • 120 ml de aceite de oliva.
  • 100 ml de leche.
  • Una pizca de sal.
  • 250 g de harina de trigo.
  • 15 g de levadura en polvo.
 
Elaboración:

Antes de empezar con la masa yo siempre dejo el molde ya preparado, se puede untar con mantequilla y enharinarlo, o bien forrarlo con papel vegetal, recortamos el papel para encajarlo en el molde, se puede untar un poco de mantequilla en el molde para que el papel se pegue y listo.
 
Ahora nos ponemos con la masa del bizcocho, batimos los huevos con el azúcar a velocidad alto durante 5 minutos.

Bajamos a media velocidad y preferiblemente sin dejar de batir añadimos primero el aceite de oliva, batimos un minuto y añadimos la leche, batimos otro minuto. 
 

 
Pelamos las mandarinas y comprobamos los gajos, si tienen pepitas se las quitamos, en el vaso de la batidora echamos los gajos de las mandarinas y lo trituramos muy bien, lo añadimos a la mezcla, lo echamos todo, sin colar y batimos como un par de minutos a velocidad media.
 

 
 
Encendemos el horno a 175 grados con calor arriba y abajo.
 
Mezclamos la harina con la levadura y con un colador, lo tamizamos sobre la mezcla que ya llevamos echa, echamos también la pizca de sal (que ayuda a potenciar los sabores dulces de nuestros postres) y batimos a velocidad mínima o también lo podemos hacer de manera manual con una espátula realizando movimientos envolventes. 
 

 
 
Una vez que tengamos una masa homogénea y sin grumos la vertemos en el molde, le damos un par de golpecitos contra la mesa para que libere las burbujas que se han podido quedar atrapadas al verterla y lo metemos en el horno a altura media-baja, entre 45 y 50 minutos, no abrir el horno hasta que lleve al menos 40 minutos, para comprobar si está hecho le clavamos un palillo o un cuchillo, si sale limpio es que ya está, de lo contrario lo dejamos 5 minutos más y volvemos a comprobarlo.
 
 


Sacamos el bizcocho del horno, dejamos que enfríe 15 minutos y con cuidado lo desmoldamos, si habéis forrado el molde con papel con tirar de él sale fácilmente, si no tendréis que pasar un cuchillo para separar el bizcocho del molde y listo, lo ponemos sobre una rejilla para que no se forme humedad en la base del bizcocho, una vez que este templado ya lo podemos comer, aunque hay gente a la que le gusta así calentito, cuestión de gustos.

Preparar un buen café, o un chocolate bien caliente y a disfrutarlo.

 
Pequeños placeres, grandes momentos. 

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