Este postre tiene tres cosas muy buenas, la primera es que se prepara al momento, simplemente hay que echar mano de los ingredientes y poner la receta en practicas, en minutos estarás degustando tus crepes, la segunda es que vale tanto para el momento del postre tras la comida o cena, o bien en el desayuno, cuestión de gustos y la tercera y la mejor de todas es que esta buenísimo, creo que no conozco a nadie que me haya dicho que no le gustan las crepes.
Nos hará falta una espátula, una sartén, en principio vale cualquier sartén de base plana plana, pero yo he usado la que me llego las pasadas navidades y que es especial para hacer crepes, de 26 cm de diámetro y tiene los bordes muy bajitos, perfecta para manejarlas mientras se cocinan.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 2 huevos.
- 250 ml de leche.
- 125 g de harina de trigo.
- 15 g de azúcar moreno.
- Una pizca de sal.
- Sirope de chocolate.
Elaboración:
En el vaso de la batidora echamos todos los ingredientes, cogemos la batidora y mezclamos a velocidad baja hasta integrar los ingredientes.
Calentamos la sartén a fuego medio alto, cuando notemos que ha cogido buena temperatura cogemos el taco de mantequilla y restregamos por toda la superficie.
Con un cucharon cogemos un poco de masa y la echamos en el centro de la sartén, la movemos de modo que se distribuya por toda la superficie, esta primera va a ver de prueba, para calcular cuanta masa necesitamos por crepe y para que absorba el exceso de mantequilla de la sartén, así que tranquilos que no va a quedar bien.
Cuando vemos a que salen unas burbujitas le damos la vuelta a la crepe con la espátula, hasta que la parte inferior también este dorada, lo comprobamos levantándola por un lado con la espatula.
La sacamos y ponemos sobre un plato y continuamos haciendo hasta agotar la masa.
Luego ya la doblamos dos veces y la decoramos con el sirope de chocolate, perfecta ya para disfrutar de ella.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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