lunes, 28 de septiembre de 2020

Panna cotta de queso

 



De todos los postres que he aprendido a hacer desde que me metí en el mundo de la repostería la panna cotta la pongo en el top 5 de los que más me gusta, más que gustar es que me encanta, me sigue sorprendiendo la facilidad de su elaboración y el gran resultado que se obtiene, un postre buenísimo, con una textura muy característica, que admite gran variedad de sabores, por ahora he hecho de café, vainilla, chocolate, yogur griego... y en esta ocasión de queso, que me sobro del bizcocho de queso que hice hace unos días.

Mientras la comía no podía dejar de pensar en lo mucho que me recordaba a una tarta de queso, de hecho es como una minitarta de queso, toda para ti, a lo mejor hasta te sabe a poco una sola y quieres repetir.

Para hacerlas necesitaremos una cazuela para ir mezclando los ingredientes, unas varillas que sera con lo que removeremos (lógicamente) y unos moldes para las panna cottas, os recomiendo comprar unas flaneras de metal mejor que desechables, para no generar más basura, hay que colaborar un poco en eso.

Con los ingredientes de la lista que veréis a continuación me ha dado para hacer 6 panna cottas, justo el número de personas que nos podemos reunir ahora mismo por el tema de las restricciones frente al covid.

Vamos a ello.

Ingredientes:

  • Medio litro de nata para montar.
  • 100 ml de leche.
  • 80 g de azúcar glas.
  • 150 g de queso crema.
  • 6 hojas de gelatina.

 

Elaboración:

Nuestro primer paso será poner las hojas de gelatina a hidratar, las ponemos en un cuenco, con agua fría durante al menos 10 minutos.

En una cazuela echamos la nata y la leche, calentamos a fuego medio-alto, removiendo de vez en cuando mientras se calienta.


 

Cuando esté bien caliente, pero sin que llegue a hervir ponemos el fuego al mínimo, echamos el azúcar glas y removemos hasta que se deshaga y se mezcle bien con la nata y la leche, a continuación echamos el queso crema, removemos de nuevo hasta que se integre con el resto de ingredientes, retiramos del fuego. De azúcar le he puesto 80 gramos, creo que es más que suficiente, en este punto podéis probarlo por si queréis añadirle un poquito más, también se puede sustituir el azúcar glas por blanco o moreno.



Sacamos las hojas de gelatina del agua y las escurrimos, las echamos en la cazuela y removemos, con el calor que tiene se desharán enseguida, removemos un minuto para asegurarnos que no queda nada de gelatina sin mezclar.


Los repartimos en unas flaneras o si queréis en unos vasitos y los servís luego directamente ahí, dejamos que enfríen y los metemos en la nevera al menos 5 horas, lo mejor es hacerlo el día de antes y así que enfríen toda la noche.

 

Para sacarlas de los moldes primero he pasado la punta de un cuchillo entre la panna cotta y la flanera introduciéndola un centímetro, después metí el molde 10 segundos en un cuenco con agua caliente(que no entre agua en la panna cotta) le di la vuelta sobre un plato y con unos movimientos rápidos de izquierda a derecha las fui sacando de las flaneras.

Al llevar queso crema la textura es más densa que la de una panna cotta tradicional y puede costar sacarlas un poco de las flaneras.

Con un poquito de sirope de fresa y unas almendras crocantis que le aportan contraste de texturas son un postre de diez.

Pequeños placeres, grandes momentos.

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