jueves, 28 de octubre de 2021

Bizcocho de calabaza

Bizcocho de calabaza | Siempre hay hueco para el postre

La llegada del otoño nos ha dejado la huerta llenita de buenas calabazas, hay que ver que tamaño han cogido y sobre todo que color más naranja e intenso tiene su pulpa, y con una materia prima de semejante calidad me ha faltado tiempo para meterme en la cocina y darle uso en algún postre, era inevitable, creo que un bizcocho es una buena a opción para comenzar a usar la calabaza en repostería, si, he dicho comenzar porque van a llegar más postres con la calabaza como ingrediente principal próximamente, me ha gustado el resultado y le he cogido gusto a la calabaza. 

Y es que no es para menos, vais con que facilidad nos va a quedar un esponjoso y alto bizcocho de calabaza, que aunque en un principio no os llame mucho esta fruta os animo a darle una oportunidad, si al parecer es una fruta, lo he buscado en internet porque no lo tenía claro, como se suele decir no te acostaras sin saber una cosa más.

Necesitaremos un molde desmontable de 22 cm de diámetro, la batidora y el accesorio de las varillas o un batidor-amasador y más o menos una hora para hacer este bizcocho.

Vamos a ello.


Ingredientes:

  • 300 g de calabaza (sin piel ni pepitas). 
  • 4 huevos L.
  • 200 g de azúcar moreno. 
  • Una cucharada de aroma de vainilla. 
  • 100 ml de aceite de oliva.
  • Una pizca de sal. 
  • 300 g de harina para repostería. 
  • 15 g de levadura en polvo. 
Elaboración:

Echamos abundante agua en una cazuela y la ponemos a calentar a fuego alto, cuando hierba echamos la calabaza, como veis la he troceado en trozos grandes y la dejamos cocer durante 5 minutos, luego la sacamos, los he puesto en un escurridor para pasta y los dejamos enfriar durante 10 minutos.
 

 
Durante esos 10 minutos podemos aprovechar para preparar el molde, se puede untar con mantequilla y enharinarlo o también poner una lámina de papel vegetal en el fondo, cerrarlo, untar con un poco de mantequilla las paredes y cubrirlas con papel vegetal, yo he optado por esta opción pero eso ya cuestión de gustos.
 
Además mezclamos la harina con la levadura en polvo y la reservamos para más adelante. He utilizado harina para repostería que es la que suelo tener en casa, pero se puede usar harina de trigo común sin problemas.
 
Pasado el tiempo cogemos los trozos de calabaza, los troceamos y los echamos en el vaso de la batidora, lo trituramos hasta tener un puré fino, tendremos que darle bien con la batidora, de arriba a abajo, moviéndola de un lado a otro para triturarlo completamente.
 

 
Encendemos el horno a 175 grados con calor arriba y abajo, ahora vamos a batir los huevos (sacarlos de la nevera unos 30 minutos antes de empezar con la receta para que estén a temperatura ambiente) con el azúcar moreno durante 5 minutos a velocidad alta para que doblen su tamaño, paramos de batir y echamos el puré de calabaza, rebañamos bien el vaso de la batidora con una cuchara para aprovecharlo todo, batimos durante un minuto a velocidad alta.
 
Sin dejar de batir y continuando a velocidad alta añadimos el aroma de vainilla y el aceite de oliva, batimos durante un minuto y veremos como la masa se tiñe del color naranja de la calabaza.




Seguimos batiendo a velocidad alta y añadimos el aroma de vainilla y el aceite de oliva, batimos otro minuto para que estos ingredientes se integren.



Bajamos la velocidad al mínimo, echamos la pizca de sal, cogemos la harina que hemos mezclado con la levadura y la vamos a ir añadiendo a cucharadas, he dejado tres segundos entre cucharada y cucharada, cuando hayamos añadido toda y veamos que se ha integrado completamente y no hay grumos dejamos de batir, con una espátula damos un par de movimientos envolventes desde el fondo para asegurarnos que no hay puré de calabaza o harina sin mezclar bien.



Vertemos la masa en el molde y la llevamos al horno a una altura medio-baja, lo vamos a hornear entre 45 y 55 minutos, es importante no abrir la puerta del horno hasta que lleve por lo menos 40 minutos, como casa horno es diferente a partir de ahi podemos comprobar si ya esta hecho clavandole un cuchillo, si sale limpio es que ya esta, de lo contrario lo dejamos 5 minutos más y volvemos a probar.

Cuando está hecho a mi me gusta dejarlo dentro del horno apagado con la puerta entre abierta durante 10 minutos, para que se vaya atemperando poco a poco, es una manía que tengo con los bizcochos.

      

 
Sacamos el bizcocho del horno y esperamos a que esté templado antes de desmoldarlo, lo mejor es ponerlo sobre una rejilla para evitar que se forme humedad en la base.


Último paso, cuando queramos disfrutarlo cortar un buen trozo y acompañarlo de un café, ya sea en el desayuno, media mañana, o tras la comida, es indiferente, va a estar buenísimo sea la hora que sea.

Pequeños placeres, grandes momentos.
 
 

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