Flan de manzana

 

Puede que sea con un poquito de trampa, pero esta es una buena forma de consumir fruta ¿No os parece? Y como me gusta comerme una manzana cada día he pensado que hacer un flan de esta fruta podría estar bien, es una idea que se me ocurrió hace un tiempo y que he puesto en marcha sobre todo tras probar unas manzanas Golden que compre el viernes en la frutería y que son de las mejores que he probado últimamente, fue algo así como "bueno pues este fin de semana ya sé que voy a hacer". 

Tengo que ser sincero con vosotros y no quiero ir de sobrado, pero me ha quedado un postre buenísimo, es una auténtica pasada de flan, me encanta el sabor que le da la manzana y es que además queda con una textura muy ligera,

Necesitaremos una batidora, ya sea de mano o tipo americana, pero que el vaso de la misma tenga buena capacidad, que el que yo he usado es de litro y medio y ha ido un poco justa, lógicamente también nos harán falta unas flaneras, el número de flanes puede variar dependiendo del tamaño de las flaneras, pero da para al menos hacer 8 y también una bandeja donde echaremos agua para hacerlos al baño Maria en el horno, poner en práctica esta receta solo nos va a llevar una hora de nuestro tiempo.

Vamos a ello. 

Ingredientes:

• Para el caramelo: 100 g de azúcar moreno y 50 ml de agua. 
• 600 ml de leche.
• 5 huevos.
• 120 g de azúcar moreno. 
• 2 o 3 manzanas de la variedad Golden (en total unos 500 g). 

Elaboración:

Preparar los flanes nos va a llevar unos pocos minutos así que antes de nada vamos a encender el horno a 180 grados con calor arriba y abajo, dentro del horno sobre la rejilla a una altura medio-baja pondremos la bandeja con agua para que vaya cogiendo temperatura. 

Nuestro primer paso para hacer el flan será hacer el caramelo, en un cazó echamos el azúcar y el agua, mezclamos dándole unos movimientos circulares al cazo y ponemos a calentar a fuego medio-alto, lo vigilamos y en cuanto se ponga a hervir y veamos que burbujea toda la superficie retiramos del fuego, volvemos a darle unos y repartimos el caramelo en los moldes.

 

Tras esto vamos a hacer la mezcla de nuestro flan de manzana, echamos la leche, el azúcar moreno, los huevos y las manzanas, lógicamente las pelamos y las troceamos antes quitándoles el centro, batimos hasta mezclar bien los cuatro ingredientes. 

Repartimos en las flaneras, para que el caramelo quede bien al fondo cogeremos una cucharilla y la colocaremos del revés sobre el caramelo y sobre el dorso de este iremos vertiendo, una vez hecho los llevamos a la bandeja con agua que tenemos en el horno, lo vamos a hornear al baño María entre 40 y 45 minutos, sabremos que ya están si al clavarles un palillo este sale limpio, si veis que la superficie se pone muy dorada y que aún no están hechos ponemos una lámina de papel albal cubriendo los flanes hasta que terminemos de hornearlos.

 

Una vez que ya están suelo dejarlos en el horno con la puerta entre abierta para que vayan templando durante unos 10 minutos, luego podremos sacarlos sin necesidad de usar guante de cocina o un trapo, es mucho mejor así os lo aseguro, que alguna vez casi se me cae alguno y una vez que estén fríos del todo los llevamos a la nevera, al menos 5 horas.

Puede que la superficie parezca de una textura arenosa, pero tranquilos que solo es parte de la pulpa triturada de la manzana que al desmoldarlos quedaran en la base, aportando un pequeño contraste de texturas en nuestros flanes.

Cuando vayamos a servirlos deslizaremos un cuchillo liso por todo el borde del flan, voltearemos cada flanera sobre un plato y agitaremos ligeramente hasta que el flan salga de la flanera, me ha sorprendido lo fácil que se han desmoldado.

Una cosita, si queréis podéis hacer un poco de caramelo, por ejemplo con 50 g de azúcar moreno y 25 ml de agua, en un cazo como antes, por si queréis echarles un poquito más por encima, solo es una idea que dejó caer. 

Último paso, el más importante de todo, disfrutarlos, ya sea en familia, con amigos, con esa persona especial, día que pasa no vuelve, hagamos que cada día merezca la pena.

Pequeños placeres, grandes momentos.