No hay más que darse una vuelta para notar que las festividades navideñas están a la vuelta de la esquina, hay que ver lo rápido que pasa el año la verdad y bueno, creo que es un momento más que acertado para ir trayendo al blog postres con temática relacionada con ello, cono el turrón, probablemente el dulce más representativo de la navidad, así que he cogido mi molde del armario y en un momentito he preparado este con chocolate blanco, que ha quedado muy bueno, a pesar de que yo siempre me decantaré más por el chocolate negro, es mi debilidad.
Tengo intención de ir sacando más variedades estas semanas, espero poder sacar tiempo para ello y de hecho ya le he dicho a la familia que de los turrones de este año me encargo yo.
Nos hará falta un molde para hacer turrones, el mío es de silicona y de 20x10cm, que muy acertadamente los reyes magos dejaron bajo el árbol las pasadas navidades, se nota que saben lo que me gusta y poner esta receta en práctica solo nos va a llevar 10 minutos.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 300 g de chocolate blanco para repostería.
- 45 g de mantequilla.
- 100 g de pistachos naturales.
Elaboración:
Troceamos el chocolate blanco y la mantequilla y los vamos a fundir al baño María, para ello ponemos una cazuela con agua a fuego medio-alto, en mi caso al 4 de 6 y un cuenco grande encima, el agua debe llegar justo a tocar el cuenco, no hace falta llenar la cazuela hasta arriba.
Con una espátula vamos a ir removiendo mientras se funden hasta que ambos ingredientes se integren, el agua no tiene que hervir, así que si veis que eso va a pasar bajáis un poco la intensidad del fuego.
Retiramos el cuenco de la cazuela, cogemos los pistachos, recordar que sean naturales, es decir crudos, que no estén tostados, le damos unas cuantas vueltas con la espátula
Vertemos en el molde, no hay que untarlo con mantequilla o aceite ni nada parecido, al ser de silicona se desmolda sin problema, con ayuda de la espátula los extendemos y alisamos la superficie, le damos un par de golpes al molde levantándolo un par de veces y dejándolo caer sobre la mesa, cogemos de los lados cortos, el que tiene un agujero y el que es ondulado, esto es para que libere las burbujas que se han podido quedar atrapadas al verter en el molde, igual que cuando hacemos un bizcocho.
En principio no es necesario meterlo en la nevera, en un par de horas se habrá endurecido y estará listo para comer, pero si os apetece conservarlo en la nevera hasta un poco antes del momento del postre no pasa absolutamente nada.
Así de fácil tenemos listo un rico turrón para disfrutar principalmente en navidades, que es lo más habitual, pero vamos que si apetece en cualquier otro momento del año no hay que negarse el capricho.
Pequeños placeres, grandes momentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en mi blog.